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Luis Escobar Ramos
Para continuar con este gran tema de actualidad, que está apoderándose de cada uno de los espacios en donde se abordan los principales tópicos para el mundo, como son los casos del Foro Económico Mundial de Davos, realizado en el mes de enero, en el se colocó a las inteligencias artificiales y su regulación como la punta del iceberg de los procesos de cambio que estamos viviendo los seres humanos, así mismo, entre el pasado lunes 26 y el jueves 29 de febrero, lapso en el que se está realizando el Mobile World Congress y desde su propaganda y difusión se colocó también a las inteligencias artificiales como el asunto principal a tocar durante los distintos eventos que se desarrollan ahí; lo que da perfecta cuenta de que este tema es una de las prioridades, no sólo para el segmento tecnológico, sino para todos.
Son muchas las personalidades que han opinado en relación con la necesaria regulación de las inteligencias artificiales, dentro de ellos, el conocido como padrino de estas, Geofrey Hinton quien ha mencionado que es fundamental su regulación; de igual forma, Sam Altman el CEO de Open AI (Chief Executive Officer) o Director Ejecutivo, quien opina que los gobiernos y las empresas deben realizar un esfuerzo conjunto para hacerlo de la mejor manera y que esto conlleve los mejores resultados y disminuyendo riesgos.
Así también, las organizaciones no gubernamentales (ONG´s) y algunos gobiernos, día a día han convocan a dialogar y debatir sobre este tema, lo que desde mi punto de vista es crucial, debido a que como humanidad no podemos dejar el camino abierto para que las empresas tecnológicas, en especial, las Big Tech, sean quienes autorregulen la investigación, diseño, implementación y uso de estas inteligencias, ya que, en ello están de por medio la ética, los riesgos, los beneficios, pero primordialmente la seguridad de las personas en sus diferentes ámbitos de desempeño.
No obstante, para llegar al logro de los objetivos es básico realizar una profunda reflexión en relación con los efectos que estas tecnologías están teniendo, uno de ellos es el concerniente a los efectos sociales que están provocando, dicho de manera puntual y transparente, es revisar si se está obteniendo mayor equidad, si promueven menores porcentajes de discriminación, si disminuyen la desigualdad, si se avizora la viabilidad de conducir hacia la producción de servicios con enfoque Pro homine y sí, al igual que otras tecnologías, se tiene contemplado un desarrollo que vaya en concordancia con su democratización para que permee a todos los ciudadanos, entre otros aspectos claves, interrogantes que considero, es urgente contestar, para tener bases sólidas en el establecimiento de una legislación.
Debo mencionar que, uno de los inconvenientes de estas tecnologías emergentes es que las baterías están enfocadas en premisas netamente de mercado, es decir, las están diseñando e implementando con énfasis en su comercialización, en establecer un liderazgo geopolítico y entre esas empresas tecnológicas, el ferviente deseo de alcanzar la supremacía económica en cuanto a capitalización, muestra de lo anterior, es que el punto de inflexión para que se pusiera el debate en la palestra a nivel mundial fue la aparición de Chat GPT de Open AI en el último trimestre de 2022, como ya lo mencionamos anteriormente y que motivó que el resto de las empresas aceleraran el lanzamiento de sus inteligencias artificiales generativas.
Derivado de lo anterior, ubico la relevancia del papel que deben jugar los gobiernos en el impulso de la regulación de estas tecnologías, lo cual tengo claro, no será una tarea sencilla pero sí vital en el futuro de la humanidad. También debo decir que alrededor del mundo existen diversas ópticas y posturas que lógicamente se ajustan a los convencionalismos que prevalecen en las diferentes regiones.
Como ejemplo mencionaré tres de las posturas más conocidas en el mundo entero a este respecto; en primera instancia debo destacar a la Unión Europea, que ya trae una larga trayectoria en materia de regulaciones en el ámbito digital, como son: el Reglamento General de Protección de Datos Personales; los Reglamentos de Servicios y Mercados Digitales, lo que ha colocado a esta zona a la vanguardia en lo que a regulación se refiere en el entorno digital; lo que ha dado pie a críticas en cuanto a que ellos desde hace ya varias décadas no producen innovación y desarrollo tecnológico y por ello a través de las regulaciones están obstaculizando o limitando el mismo, visión en la que un servidor no coincide, debido a que tengo claro que todo desarrollo tecnológico tiene como siguiente paso el diseño y aplicación de un marco regulatorio que ponga orden a la materia.
La segunda visión, considero de las más influyentes, es la norteamericana, que desde hace algunos años ha venido siendo de las principales críticas hacia la tendencia regulatoria de la Unión Europea y que por supuesto, tiene que ver con sus intereses, ya que la mayoría de las empresas que producen tecnologías, dentro de ellas las de inteligencia artificial, fueron creadas y tienen como sede los Estados Unidos; que el propio gobierno norteamericano les ha proveído de todas las facilidades para su desarrollo y autorregulación.
Sin embargo, en los últimos tiempos, al igual como les sucedió con los monopolios de los ferrocarriles, la explotación del petróleo, las telefónicas, las empresas tecnológicas y actualmente las inteligencias artificiales, se dan cuenta de que es urgente establecer un marco regulatorio que le permita cierto grado de rectoría al estado norteamericano; por ello, han cambiado su postura inicial y apuntan hacia un esquema de cooperación con la Unión Europea, que dicho sea de paso, contrarreste la postura de China, que son sus adversarios en la guerra fría tecnológica que libran.
La tercera postura, es la de los chinos, que de manera muy sencilla podemos decir está centrada en la promoción, impulso y crecimiento de sus empresas, bajo su esquema económico socialista-capitalista, en el que el rector de la vida económica, política y social es el estado, que no observa mucho los aspectos de derechos humanos, tampoco los regulatorios y en el que el desarrollo y aplicación de las inteligencias artificiales se mantiene casi como secreto de estado, por lo que su preocupación por la regulación de las IA´s. pudiéramos decir, es casi nula.
La siguiente semana continuaremos con este tema, saludos.
YA EN EL CORREDOR:
Según Argus Research, las mejores 10 empresas en IA son Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta, TSMC, Adobe, ASML. IBM y Arista. El lanzamiento mundial de Chat GPT de Open AI en noviembre de 2022 fue el punto de partida de la fuerte expansión de esta tecnología.
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