ARTÍCULO | EL MURAL DE RIVERA, QUE LOS ROCKEFELLER MANDARON A DESTRUIR

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Daazaev Saavedra Reynoso

El domingo pasaba por la alameda central, recordaba aquella famosa pintura del maestro Diego Rivera “Sueño de una tarde dominical, en la alameda”, al seguir caminando llegué al Palacio de las Bellas Artes, pretendía entrar a mirar una vez más los murales que se encuentran dentro del palacio. Debo confesar que los visito con frecuencia, solo estaba terminando mi tepache, para luego ingresar. Mientras lo acababa bajo el insoportable calor del mes de mayo, recordé una historia sobre Rivera:

La familia Rockefeller inició en 1932, la construcción del Rockefeller Center, en la ciudad de Nueva York, justo en medio de la recesión económica, claro que esto no era un inconveniente para que una familia tan adinerada cumplieran este capricho. El capricho era ambicioso ya que se pretendía que el conjunto de rascacielos se convertiría en un centro de comercios y oficinas. Ahora bien, el edificio más alto tendría que ir decorado en lo que refiere a su planta principal, Nelson Rockefeller, llevó acabo la tarea de elegir ¿Quién pintaría el Rockefeller?… Matisse y Picasso, rechazaron la propuesta, Rivera, dentro de las negociaciones, intentó abandonar varias veces el proyecto pero al final llegaron a un acuerdo.

Diego Rivera pintaría un mural que hablaría de la evolución humana y el desarrollo científico, con el paso del tiempo la idea principal tuvo modificaciones.

Al final el boceto quedó en “El hombre en el cruce de caminos”, mural hablaba de: los dos sistemas económicos, el capitalismo y el socialismo; al centro se encontraba un obrero, mismo que separaba los dos modos de producción mediante un átomo que contenía la invención del microscopio y el telescopio haciendo una referencia al micro y macro cosmos que también se encontraría en la otra parte del átomo.

Del lado izquierdo del mural, aparecía el modo de producción capitalista, soldados con mascarillas y aviones de guerra; en la parte inferior una manifestación social donde la policía montada de Nueva de York la reprime; a un lado Darwin representando el rechazo social a su teoría de la evolución; poco más abajo una fiesta burguesa donde uno de los Rockefeller se hallaba socializando entre copas y mujeres.

Del lado derecho del mural aparece el socialismo soviético, el ejército rojo marchando junto a mujeres, niños y algunos obreros; algunos de los principales teóricos del Marxismo, iniciando por Marx, Engels, Trotsky y Lenin, este último separado de los otros, en una posición más central.

La prensa al enterarse de la temática del mural realizó toda una campaña atacando a los Rockefeller, señalando el mural de socialista y anticapitalista. Mientras tanto El maestro Rivera, seguía avanzando en la obra, hasta que Nelson Rockefeller pidió la sustitución de los personajes; Rivera se negó y siguió avanzando.

La presentación de la obra se planteaba para el primero de mayo de 1933, la cual se canceló para dar tiempo a que el maestro Rivera pudiera borrar mínimamente la imagen de Vladimir Lenin. Rivera volvió a decir que no. En el punto en el que no hubo acuerdo, la obra se cubrió con mantas y se abandonó; en febrero de 1934 se remodeló el Rockefeller center y la pared se destruyó, sin embargo se pagó el total de lo acordado.

A finales de 1934 el maestro Rivera regresó a México, donde el entonces presidente Lázaro Cárdenas le propuso pintar la misma obra pero ahora en el Palacio de las Bellas Artes. Desde entonces y hasta la fecha, ese mural que se pretendía en el Rockefeller Center, terminó en el Palacio de las Bellas Artes, en la Ciudad de México, donde los domingos se puede ingresar totalmente gratis a admirarlo, junto con otros hermosos murales de los maestros: Siqueiros, Orosco, Tamayo y G. Camarena.

Al salir del palacio, el calor invitaba a tomar otro tepache en ese caluroso domingo en la alameda.

Artista Plástico, Músico, Escribano y Trabajador

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