ARTÍCULO DE OPINIÓN | REFORMA PROTESTANTE, EDUCACIÓN, CIENCIA Y PROSPERIDAD

Getting your Trinity Audio player ready...
Comparte nuestro contenido en:

Loading

Manuel Godínez Necoechea

Los siglos XV y XVI se caracterizaron por la serie de cambios sociales que se presentaron en Europa. Dos importantes movimientos corrieron en paralelo, el renacimiento cuya manifestación social fue el humanismo y la reforma protestante cuya principal manifestación social fue el nacionalismo (en el caso de Alemania se presentó al hacer posible la lectura de la Biblia, ya no en latín, sino en la lengua vernácula, en cuya creación Martí Lutero, sin proponérselo fue pieza muy importante), con el propósito de que en toda Alemania se pudiera leer y entender la Biblia.

La reforma protestante fue más que solamente un “movimiento religioso” que quería romper la dependencia con Roma, fue también una reforma de carácter socio/cultural, que marcó un antes y después y cuyas consecuencias impactaron más allá del viejo continente. Los líderes del movimiento de reforma protestante del siglo XVI, Martín Lutero en Alemania y Juan Calvino en Suiza querían que la gente (que en general era pobre y analfabeta) conociera de Dios por medio de su Palabra, pero ¿cómo conseguirlo si no sabían leer ni escribir? Esto requería que para obtener ese objetivo era necesario alcanzar otro objetivo anterior que impactaría a las personas de esos países en un principio y al resto de Europa pocos años después.

Obtener un objetivo de tal envergadura seguramente levantó incertidumbres e interrogantes como ¿Se cuenta con los recursos financieros y la capacidad humana? ¿Qué tipo de oposición se enfrentará? Y la más importante, ¿Se puede alfabetizar a la gente de Europa con el sistema educativo que se tenía entonces?

Los acontecimientos que se sucedieron para alfabetizar Europa formaron parte de una cadena de decisiones que comenzó con el despertar espiritual de Europa. La cadena giró en torno a áreas como la ciencia, el arte, la economía y por supuesto la educación lo cual cambió, inclusive, para siempre la cara geopolítica de Europa.

Es a partir del siglo XVI que Europa se encontró dividida pero no sólo por cuestiones religiosas o espirituales. Por un lado, tenemos la Europa que no quería que las cosas cambiaran, que se conservara la “tradición” que seguía manteniendo hundida a la población analfabeta y pobre. Por el otro lado, tenemos a la Europa que anhelaba el cambio que ya no podía ser detenido.

Ese despertar que vivió Europa se manifestó en áreas como la educación, en la que, por ejemplo, la enseñanza impartida al interior de un recinto exclusivo donde coincidían alumnos y maestros se popularizó. Llevar a los hijos a la escuela se convirtió en una obligación para los habitantes de los países protestantes, mientras que, en los países católicos, se mantuvo la exclusividad de la educación para los religiosos y las pocas personas que pudieran pagar por ella.

La reforma protestante del siglo XVI dio un giro a la instrucción o educación universal. En ese periodo, tomó relevancia la creación de las primeras escuelas populares destinadas a la formación de las clases más pobres y que incluyeron mujeres y niñas. La educación a cargo del gobierno, o lo que hoy conocemos como el Estado, fue un avance significativo dado el tamaño de la población que se pensaba incorporar. El 21 de mayo de 1536 se estableció la primera escuela pública y obligatoria de la historia. Consecuencia de ello fue que los cuáqueros (grupo protestante inglés) para el siglo XVII tenían un índice de alfabetización del 100%.

En contraste con lo anterior, en España y en sus colonias por consecuencia, la ley Moyano fue el primer éxito en el camino hacia una educación pública. Pero esta se aprobó hasta 1857, es decir pasaron más de trescientos veinte años desde aquella ley ginebrina que establecía la escuela obligatoria y pública. Finalmente, España alcanzó la alfabetización casi al 100% a finales del siglo XX. (Vidal.2017).

Las reformas protestantes del siglo XVI tuvieron tal influencia en la educación de los siglos siguientes que, “…Según John Hulley, de todos los premios nobel relacionados con la ciencia y otorgados entre 1900 y 1990, el 86% habían sido ganados por protestantes y judíos.” (Vidal.2017:290).

El Rankin Académico de las Mejores Universidades del Mundo 2022, coloca las primeras 13 universidades en países protestantes, como Harvard (1) y Stanford (2). En contraste las dos universidades (en países no protestantes) mejor colocadas de America latina son la Universidad de Sao Paulo, en Brasil (101-150) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en México (201-300).

Con relación a la ciencia, el protestantismo aportó científicos como: Francis Bacon (1561-1626) perfeccionó el método científico; Johannes Kepler (1571-1630) revolucionó las matemáticas y la astronomía; Robert Boyle (1627-1691) creador de la química moderna; e Isaac Newton (1642-1727) quien destacó en áreas como la óptica, la mecánica y las matemáticas.

El desarrollo educativo que hizo posible el crecimiento científico de las naciones protestantes se vio reflejado sin lugar a duda en su desarrollo económico. En contraste, las naciones europeas que abrazaron la contrarreforma tuvieron un atraso educativo, que afectó el conocimiento científico y terminó atrasando el desarrollo económico.

El desarrollo económico obtenido por parte de los países protestantes, el cual señala el sociólogo Max Weber en su obra “la ética protestante y el espíritu de capitalismo” va ligado a su nueva forma de ver la prosperidad económica. La visión protestante enseña que el dinero en sí no es bueno o malo, sino “el amor al dinero es la raíz de todos los males” 1ª Carta a Timoteo 6:10. En contraste, la forma en que los países latinoamericanos bajo la “protección” del papado romano (“protección” que se encargaba de promover y mantener la santa inquisición) seguían viendo la prosperidad económica como algo que se obtenía de forma “pecaminosa” fuera de su doctrina.

Los países protestantes buscaron un equilibrio entre “no hagas tesoros en este mundo…” y “el que no trabaje que no coma” (Nuevo Testamento). Se veía la prosperidad económica no como un privilegio de unos cuantos sino como una oportunidad de servir a sus semejantes y honrar a Dios. Arnold Angenendt, el historiador de la iglesia católica de Münster señaló que “La ética de Calvino engendró el servidor público responsable y profesional,” y añadió que “Esto representó el ascenso del Estado europeo.” (Bowen.2009)

Con lo hasta el momento expuesto es dable plantear que existe una relación causa/efecto entre la reforma protestante del siglo XVI y la prosperidad económica de los países que la abrazaron en Europa como Alemania, Suiza, Gran Bretaña, Países Bajos, países escandinavos entre otros.

Por último, es importante señalar que los países que en un principio abrazaron el protestantismo pero que actualmente ya no lo hacen, muestran ahora consecuencias sociales y económicas que podemos analizar en otro artículo.

Recursos

  • Bowen Kate.(2009). Exposición realza la influencia de Calvino. Rescatado el 17 de febrero de 2024. Puede ser consultado en: https://www.dw.com/es/exposici%C3%B3n-realza-la-influencia-de-calvino/a-4159124
  • diariovasco.com.(2015). Protestantes, católicos y crecimiento económico. Rescatado el 17 de febrero de 2024. Puede ser consultado en: https://blogs.diariovasco.com/ekonomiaren-plaza/2015/12/01/protestantes-catolicos-y-crecimiento-economico/?ref=https%3A%2F%2Fblogs.diariovasco.com%2Fekonomiaren-plaza%2F2015%2F12%2F01%2Fprotestantes-catolicos-y-crecimiento-economico%2F
  • Vidal, C. (2016) El legado de la reforma una herencia para el futuro, Editorial JUCUM. E.U.A

Doctor en Educación, especialista en Derecho, Investigador, Docente y Articulista

manuelnecoechea@gmail.com

facebook@SolaGratia1521

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *