ARTÍCULO DE OPINIÓN | LA EDUCACIÓN SOCIALISTA… CON RAÍCES PROTESTANTES

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Manuel Godínez Necoechea

Si yo les menciono los nombres Emiliano Zapata, Francisco Villa o Porfirio Díaz probablemente venga a sus mentes palabras como revolución, dictadura, campesinos, tierra y muchas más. ¿Y si les menciono a Miguel Hidalgo, Jose Ma. Morelos o Vicente Guerrero? Posiblemente ahora las palabras que vendrán serán independencia, cura, siervo, nación, sentimientos, España, etc. Si seguimos retrocediendo en el tiempo y ahora les menciono a Martín Lutero y Juan Calvino posiblemente las palabras que vendrán a sus mentes serán protestantes, herejes, curas, reforma, iglesia, Alemania y algunas palabras más.

Al pensar en estos dos últimos personajes yo incluyo otra palabra que posiblemente no imaginaron escuchar con relación a ellos. Educación. Sí, educación. ¿Qué tienen que ver estos dos personajes del siglo XVI con la educación, y la educación actual? Mucho, posiblemente más de lo que pudiéramos pensar.

Las vidas de Martí Lutero y Juan Calvino tiene muchas cosas en común, como que ambos comenzaron a estudiar la carrera de jurisprudencia (derecho) Lutero en Alemania, y Calvino en Francia. Ambos la dejaron para ingresar a un seminario y servir en el sacerdocio. Igualmente, ambos tuvieron una excepcional educación académica, pagada por sus padres, a diferencia del resto de la población europea que en su gran mayoría no sabía leer ni escribir. En esa época no existía la educación pública, la persona que quería tenerla necesitaba gastar una considerable cantidad de dinero para poder obtenerla por medio de tutores o maestros particulares. A eso había que agregarle que la educación no era accesible para las niñas y mujeres. Ejemplo de esa forma de pensar la tenemos en Fernán Pérez de Guzmán, poeta español del siglo XIV consideraba que era “deshonesta la presencia de las mujeres entre los escolares” (Beceiro.1991:580)

Lutero y Calvino sabían la importancia de la educación para las personas, por lo que, desde sus espacios de influencia, sus congragaciones en las iglesias y sus alumnos en las universidades (ambos fueron también maestros universitarios) les sembraron la semilla de amor al conocimiento, una semilla que germinaría dando como fruto la transformación de Europa. La Reforma Protestante no sólo fue un movimiento religioso, fue una metamorfosis que cambió la cara del viejo continente. Dicha transformación alcanzó áreas como la economía, la ciencia, la cultura, el arte y por supuesto la educación.

La reforma protestante, y debo hacer la aclaración, no comenzó con Lutero en Alemania y Calvino en Suiza, comenzó muchos años antes (cerca de 100) con Jerónimo de Savonarola y Juan Huss en Italia e Inglaterra, respectivamente. En este movimiento de transformación europea, que inclusive cambió su división política, también participaron más académicos y podría llamarlos (aunque en ese entonces no existía el término como tal) investigadores e innovadores educativos, tales como Phillip Melanchthon, Ulrich Zwinglio y años después Johann Heinrich Pestalozzi, Juan Amós Comenio, entre otros.

Algunos de los derechos que actualmente gozamos y que son producto de la lucha de estos académicos e innovadores educativos, y que ahora vemos como algo común, pero que no lo eran es esa época, siglos XIV al XVI, son:

  • Educación primaria pública y obligatoria. En 1536 “se estableció la primera escuela pública y obligatoria de la historia. El lugar era la protestante ginebra.” (Vidal.2016:277)
  • Educación universitaria gratuita y obligatoria. El año de 1559 marcó otro importante suceso en la historia de la educación, gracias a la intervención de Calvino “…que no sólo siguió impulsando la enseñanza primaria gratuita y obligatoria sino que además añadió a esta la universitaria.” (Ibid.)
  • Involucrar a los padres en la educación de sus hijos. “Los padres son responsables del futuro de sus hijos, los padres tienen ante todo deberes pedagógicos hacia las generaciones más jóvenes, y están llamados a enseñar a los niños…”. (Androne.2013:81)
  • Un ambiente adecuado para el aprendizaje. El trato que debería dar el maestro a los alumnos no debería ser áspero y menos agresivo o violento. Se debería motivar al estudiante a que viera la escuela como una extensión de lo que estaba viviendo en casa, es decir, la construcción del conocimiento en un buen ambiente para de esta manera aprovechar al máximo sus estudios.
  • Acceso de las mujeres a la educación. Comenio señalaba que no se debía “mantener a las mujeres alejadas de los estudios científicos y literarios y defendía que las mujeres están dotadas de una inteligencia ágil y fina que las hace aptas para comprender la ciencia igual que los hombres y frecuentemente incluso mejor.” (Pérez.2015:17).
  • Programas de estudios elaborados y actualizados didácticamente. A diferencia de los anteriores planes de estudio, que realmente no lo eran a como los conocemos el día de hoy, los planes de estudio diseñados por Melanchthon se distinguían por: “el domi­nio de los contenidos lingüísticos y no por la edad. En la práctica se quiere que jóvenes de diversas edades puedan experimentar la mejora conjunta de su for­mación lingüística, tal como se buscaba en la primera escuela (Schola domestica).” (Monreal. 2016:213-2014).

Como podemos darnos cuenta los derechos que tenemos en relación con la educación (de los cuales solamente mencionamos algunos) no son producto de una “lucha de clases” o de un esfuerzo “nacionalista”. Es el resultado de un proceso que comenzó en Europa en los siglos XV y XVI para que la gente tuviera la oportunidad a través de la educación, de tener una mejor vida y ser mejores ciudadanos, de lo abundaremos en una futura oportunidad.

REFERENCIAS

  • Androne Mihai, The influence of the protestant reformation on education, Procedia – Social and Behavioral Sciences No. 137. Universidad de Galati, Rumania. 2014.
  • Beceiro Pita Isabel. (1982). La Biblioteca del conde de Benavente a mediados del siglo XV y su relación con las mentalidades y usos nobiliarios de la época. Revista En la España Medieval. Universidad Complutense de España. España.
  • Monreal Pérez Juan Luis. La contribución de Philipp Melanchthon, Praeceptor Germaniae, a la lengua y a la enseñanza. Entre la cultura humanista europea y la reforma alemana. Ediciones Universidad de Salamanca. España, 2016.
  • Pérez Miranda Iván. Principales pensadores de la educación infantil, Materiales de la asignatura corrientes pedagógicas de la educación infantil, Elaborados por los alumnos de 1º de Educación Infantil de Palencia (curso 2014/2015), Edita: FahrenHouse. Valencia. España.2015.
  • Vidal Cesar, El legado de la reforma una herencia para el futuro, Editorial JUCUM. Estados Unidos de América. 2016.

Doctor en Educación, especialista en Derecho, Investigador, Docente y Articulista

manuelnecoechea@hotmail.com

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