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Luis Escobar Ramos
De más está decir actualmente que, las nuevas tecnologías están ocasionando acelerados cambios en la estructura del empleo; ya que ello, es evidente y sucede a ritmos inesperados para los trabajadores; todavía hace algunos años se decía que, el impacto mayor sería para aquellos que estaban ligados a empleos con actividades repetitivas, más técnicos o tecnológicos; no obstante, hoy somos testigos de como la ola tecnológica se está haciendo presente en la mayoría de los sectores económicos de los países; lo cual a diferencia de las otras revoluciones industriales que ha pasado la humanidad, establece el contraste e infortunadamente los trabajadores son nuevamente quienes tendrán la necesidad de reinventarse, con la finalidad de mantenerse vigentes o insertarse en los nuevos procesos de trabajo.
Una de las principales razones de lo anterior, es la forma en que se ha concebido y construido la nueva estructura socio-económica-laboral por parte de los grandes capitales y empresas del sector tecnológico; quienes ubican como prioridades el aumento de los márgenes de utilidad, el incremento de la producción, la automatización de los procesos, como expectativa; la utilización de inteligencias artificiales y como consecuencia de lo enunciado, la sustitución o reducción de personal en las empresas; es decir, han colocado en el centro de importancia a la tecnología, cuando el asunto debiera ser a la inversa; el ser humano en el epicentro y las tecnologías como facilitadoras del desarrollo de las labores humanas.
Hoy decidí abordar este tema, como parte de una de mis mayores preocupaciones con las que he subsistido en los últimos años, que tiene que ver con el presente y futuro de nuestras juventudes en el mundo; he pensado y estoy seguro de que el panorama laboral que les estamos heredando no es el más promisorio y como muestra de esto, sólo basta mencionar algunos datos como: la tasa de desempleo mundial juvenil, que fue del 13.6% al cierre de 2023, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y con prospectiva de aumento marginal hasta el 2025.
Sin dejar de observar la punta del iceberg, en que se han constituido las nuevas tecnologías, por principio de cuentas abordaré lo concerniente al desempleo de los jóvenes, por supuesto, ligado a las tecnologías; para ello debo mencionar que de acuerdo a datos aportados recientemente por la Organización no Gubernamental (ONG) Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, en nuestro país hay 16,4 millones de jóvenes con problemas para acceder al mercado laboral de forma digna (empleos con salario digno, prestaciones y protección social), es decir, más del 50% de la población en el rango de 15 a 29 años, se encuentra en esa condición; claro es, segmentados en grupos como: sin estudios universitarios y sin fuente de empleo y otros en trabajos precarizados con bajos salarios, sin seguridad social y sin estudios universitarios.
Los obstáculos que se ubican para que ese grupo de jóvenes pueda acceder a un empleo formal y digno son diversos; por lo que abordaré tres que, desde mi óptica son torales: primero y como parte de una falla estructural del Estado mexicano ubico el endeble nexo entre formación académica y el mercado de trabajo; lo que ocasiona que desde la escuela no se les están dando las herramientas adecuadas para llegar a los puestos de trabajo, así también, en una actitud incongruente, las empresas les exigen experiencia para lograr ser contratados, cuando en la realidad son muy pocas las empresas que han buscado realizar convenios con instituciones educativas para, en una especie de educación dual logren la incorporación de nueva plantilla laboral (una de las pocas experiencias que conozco es la de los CONALEP´s).
Otro obstáculo son las reducidas o nulas habilidades técnicas y blandas con que cuentan ese segmento de jóvenes, lo que está íntimamente relacionado con el obsoleto modelo educativo con que contamos, en el que sólo se enseña para aprobar exámenes y no se les da a los estudiantes una formación humana-laboral-técnica que les permita afrontar los desafíos; en lo que claro; los empleadores debieran jugar un papel fundamental.
Un tercer obstáculo es el relacionado con la decisión que tomaron los gobiernos anteriores desde hace ya varias décadas de dejar de lado la formación científica- tecnológica, a través de una política conformista e irresponsable, que sólo privilegia la maquila y manufactura y no permite el acceso al desarrollo científico y tecnológico ya enunciado; que debo aclarar, no sólo se puede dar en el entorno universitario; sino desde el nivel medio superior, como ha quedado demostrado en muchos países.
La siguiente semana continuaremos con este tema, saludos cordiales
YA EN EL CORREDOR
Preocupante el anuncio de Meta, la empresa matriz de Facebook, que en días anteriores anunció que utilizará los datos de sus usuarios para entrenar a su inteligencia artificial, causando una fuerte polémica en redes sociales, la mayoría en el sentido de que se violenta la privacidad como usuarios. En el comunicado emitido por Meta informa que a partir del 26 de junio podrá utilizar el contenido compartido en sus redes, tales como, publicaciones o fotos con descripciones para desarrollar su IA generativa.
Meta señala que, podrá incluso procesar información sobre personas que no tienen un perfil en ninguna de sus aplicaciones (Facebook, Instagram), pero que aparecen en imágenes o textos de otros usuarios. Más material para el debate que ya existe por el uso de información de usuarios que tienen como objetivo el entrenamiento de las IA´s generativas.
Email: lescobarramos67@gmail.com
X@LUISESCOBARRAM6